-El principito,
“¡No supe comprender nada entonces!
Debí juzgarla por sus actos y no por sus palabras.
¡La flor perfumaba e iluminaba mi vida
y jamás debí huir de allí!
¡No supe adivinar la ternura
que ocultaban sus pobres astucias!
¡Son tan contradictorias las flores!
Pero yo era demasiado joven para saber amarla.”
Antoine de Saint-Exupéry.
Este es un articulo muy especial para mí pues lo dedico a un libro tan bello que a pesar de ser un clásico de
todos los tiempos, debo confesar que no lo leí hasta hace 2 años atrás. No por alguna razón en especial ni ningún tipo de rechazo, solo que no había tenido la oportunidad.
La historia de Antoine de Saint-Exupéry está llena de mensajes sublimes y muy profundos sobre la vida, el amor, los sueños y claro que de la muerte.
Es por eso que a pesar de que muchas personas consideran al "Principito" un cuento para niños, la verdad es que no me parece que lo sea, puesto que la relación amor, vida, hogar, muerte es tan fuerte que logra mostrar escenarios en los que los humanos nos encontramos atrapados.
He citado exclusivamente esta parte del libro para dejar clara la relación profunda del amor con el libro, en donde su rosa, era todo para él y solo se da cuenta de eso al estar alejado de ella demasiado tiempo.
Teniendo el arrepentimiento propio de un amante que encuentra el desamor, la decepción de haber tomado una decisión equivocada, el dolor de la distancia y viendo casi imposible la solución a su error tras reconocer que era un inexperto y demasiado joven para comprender esos sentimientos.
Cosas que comúnmente nosotros logramos provocar en nuestras relaciones amorosas, creyendo que fuera de nuestro asteroide hay mejores mundos por probar, recorrer, conocer.
Lanzándonos a la aventura sin reflexionar lo que estamos abandonando y cuando es tarde, cuando estamos demasiado lejos para volver, el lamento es quien nos encuentra primero, ya sin solución alguna.
Embelesados del amor diario,
muchas veces no damos cuenta
que nuestra atención se distrae
y solo en la ausencia de este
descubrimos nuestros terribles pecados.
muchas veces no damos cuenta
que nuestra atención se distrae
y solo en la ausencia de este
descubrimos nuestros terribles pecados.
No profundizaré para nada en el libro pues creo que es más justo que los invite a leerlo, se los aseguro no se arrepentirán.
Y habiendo hecho esa invitación me despido. Espero realmente que se tomen el tiempo y lean esa bella historia que, estoy seguro, les dejará bellos tesoros en el alma.
¿Hoy has regado a tu rosa?
Esta cita llega gracias a la difusión del blog del poemario